Con el objetivo de impulsar el cultivo de hortalizas en el sur de Chile y reducir la dependencia alimentaria, el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA Tamel Aike) y el Centro de Investigación en Ecosistemas de la Patagonia (CIEP), con el apoyo de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), están desarrollando un innovador proyecto de invernaderos modulares adaptados a las condiciones climáticas de la Región de Aysén.
La iniciativa, titulada “Aumento de la superficie de uso para el rubro hortalizas por medio del desarrollo de infraestructura modular adaptada a distintas zonas agroclimáticas de la Región de Aysén”, busca avanzar hacia una mayor soberanía alimentaria regional, mediante la implementación de tecnologías productivas que permitan cultivar durante todo el año, incluso en invierno.
Actualmente, el 80% de las hortalizas y frutas que se consumen en Aysén proviene de otras regiones del país, lo que refleja una alta dependencia externa. En este contexto, el desarrollo de invernaderos en Aysén representa una oportunidad concreta para aumentar la producción local, mejorar la seguridad alimentaria y fomentar la agricultura sustentable en la Patagonia.
Tres modelos de invernaderos adaptados a las condiciones de Aysén
Durante una jornada de campo en el predio de INIA Tamel Aike, se presentó el prototipo de invernadero desarrollado, diseñado para resistir las condiciones de tres zonas agroecológicas: la zona húmeda (Puerto Aysén), la zona intermedia (Coyhaique) y la zona de microclima (Puerto Ibáñez). Los diseños fueron validados mediante ensayos técnicos y estarán disponibles para su libre replicación por parte de los agricultores locales.
“Esta innovación es clave para producir hortalizas bajo invernadero todo el año”, destacó Eugenio Ruiz, Seremi de Agricultura de Aysén.
Por su parte, Camila Reyes, directora de INIA Tamel Aike, subrayó la importancia del enfoque sustentable del proyecto:
“El paquete tecnológico propuesto incluye control de temperatura, ventilación y manejo eficiente de insumos, promoviendo una agricultura más sostenible”.
La horticultora Sandra Gatica, de Coyhaique, valoró el impacto directo en los pequeños productores:
“Nos abre la posibilidad de producir en invierno y anticipar cosechas. Es una herramienta concreta para nuestro rubro”.
Desde FIA, la representante regional Deysi Rubilar indicó que la iniciativa representa un avance concreto para la innovación local:
“Este tipo de tecnología permite mejorar la productividad en ambientes controlados, optimizando la inversión de nuestros agricultores”.
Aysén: gran desafío, gran potencial
De acuerdo con el Catastro Frutícola ODEPA 2024, Aysén representa apenas el 0,1% de la superficie frutícola nacional, con solo 249 hectáreas. En horticultura, los datos del Censo Agropecuario 2021 reportan 111 hectáreas, posicionando a la región como una de las más rezagadas del país.
El desafío es claro: aumentar la superficie cultivada en Aysén y lograr que estas soluciones tecnológicas agrícolas lleguen efectivamente a quienes trabajan la tierra, a través de transferencia tecnológica, acceso abierto a planos y acompañamiento técnico.
Este proyecto marca un paso clave hacia una producción hortícola sostenible en la Patagonia, más cercana al consumidor y mejor adaptada al cambio climático.